La huida de Eneas de Troya
La obra La huida de Eneas de Troya pertenece al pincel de Federico Barocci (Federico Fiori). El cuadro forma parte de la colección de arte de la Galería Borghese de Roma. Las dimensiones del lienzo son 176×235 cm.
Referencia histórica
El propio Barocci recordó en una ocasión que los representantes de la noble familia Della Rovere le encargaron dos cuadros en los que debía representar una escena mitológica con el héroe troyano Eneas, para que fueran un regalo para otras personas influyentes.
El primer cuadro, cuya ubicación es ahora desconocida, estaba destinado al emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Rodolfo II. La segunda obra del maestro fue regalada al cardenal Scipione Borghese; el regalo, que ocultaba un significado alegórico, debía servir como sutil alusión a la profunda piedad del destinatario, que ocupaba un alto cargo eclesiástico. Las recomendaciones y los deseos del cliente influyeron sin duda en el aspecto final de la obra de Barocci La huida de Eneas de Troya.
Durante mucho tiempo se creyó que el artista había pintado un cuadro junto al otro, produciendo así una copia exacta. Sin embargo, el paisaje representado en cartón (un dibujo a gran escala) realizado para la primera obra es significativamente diferente del representado en el segundo lienzo, lo que significa que Barocci creó dos versiones completamente diferentes de la obra.
En los siglos XVI y XVII estaba muy extendida la práctica entre los representantes de la alta sociedad de regalar obras de arte; tal gesto ayudaba a las personas pertenecientes a la nobleza a establecer y fortalecer relaciones largas y mutuamente beneficiosas entre sí.
Descripción de la obra
El cuadro representa una escena de la mitología antigua en la que Eneas, junto con su esposa Creusa y su hijo Ascanio, abandonan Troya en llamas. El héroe intenta esconderse del fuego que ha engullido el edificio del templo representado en el fondo. Eneas lleva a hombros a su padre Anquises, que sostiene en sus manos una pequeña estatua de dos Penates, que en la antigua cultura romana se consideraban los dioses guardianes y protectores del hogar. El anciano evoca una profunda simpatía en el espectador.
La imagen del anciano Anquises fue pintada por el mismo personaje que posó para otro cuadro de Federico Barocci San Jerónimo.
Análisis del trabajo
En términos teatrales, la balaustrada de la escalera representada en la esquina inferior izquierda del lienzo es una especie de «puesta en escena», gracias a la cual el espectador tiene una sensación de presencia e implicación personal en los acontecimientos que se desarrollan con los personajes. La compleja división del espacio en varios planos, el dinamismo de las figuras, el uso de colores pastel en la ropa: todos estos rasgos anticipan las técnicas artísticas propias del estilo barroco.
Al mismo tiempo, la obra de Barocci tiene características similares al fresco de Rafael Incendio en Borgo que adorna las bóvedas de la Stanza dell’Incendio di Borgo en el Palacio de los Papas del Vaticano. En el fondo, a la derecha, parece el Tempietto, una capilla redonda autoportante diseñada por Bramante que formaba parte del complejo del templo de San Pietro in Montorio en Roma.
El lienzo lleva la firma del artista y la fecha: FED.BAR.VRB/FAC.MDXCVIII. Las letras y los números en pintura dorada están en el lado izquierdo del cuadro, donde se representan los peldaños inferiores de la escalera. Se sabe que una obra similar, destinada al emperador del Sacro Imperio Rodolfo II, fue ejecutada por el artista diez años antes. Unos años más tarde, el maestro italiano Agostino Carracci realizó una copia reducida del cuadro en forma de grabado en cobre. La obra homónima La huida de Eneas con su familia de Troya data de 1595.
Tal vez Federico Barocci recibió el encargo de pintar la primera versión del cuadro del pintor flamenco Bartholomeus Spranger después de trasladarse a Praga. Se sabe que existen otras tres copias de la obra; una de ellas, al parecer realizada en el siglo XVIII, representa un caballo de Troya delante del templo.
La historia no dice nada sobre los detalles de cómo llegó exactamente la obra de Federico Barocci La huida de Eneas de Troya a la colección de arte del cardenal Scipione Borghese. Obviamente, fue donado por el cliente, un representante de la influyente familia Della Rovere.
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