Virgen con el Niño entre los santos Flavio y Onofrio
El cuadro Virgen con el Niño entre los santos Flavio y Onofrio (otro título de la obra es Virgen con el Niño entre los santos Ignacio de Antioquía y Onofrio, o simplemente Conversación sagrada) es una pintura al óleo sobre tabla (51×65 cm). La autoría corresponde al excepcional pintor veneciano Lorenzo Lotto. El cuadro forma parte de la colección de arte de la Galería Borghese. La obra del maestro está firmada y fechada en 1508.
Referencia histórica
Lorenzo Lotto trabajó en su obra maestra Virgen con el Niño entre los santos Flavio y Onofrio durante el periodo en que se trasladó a Roma. Ese mismo año, el maestro pintó el políptico del altar para la iglesia de San Domenico en Recanati (esta obra se encuentra ahora en el Museo Cívico Villa Colloredo Mels).
La primera mención documental de la obra data de 1693. En aquella época, ya formaba parte del tesoro de la familia principesca Borghese.
La construcción compositiva es similar a la de la Sagrada Conversación de Tiziano, también conocida como La Virgen y el Niño con los santos Catalina, Domingo y el Donante, en la que se representan en el centro las figuras de la Madre de Dios y el niño Cristo, rodeados por dos santos. Giovanni Bellini y otros eminentes maestros venecianos del Renacimiento también abordaron a menudo temas religiosos similares en sus obras.
Descripción de la obra
Se conservan la firma y la fecha del autor: LAVRENT.LOTVS. M.D.VIII. Además, la obra de Lorenzo Lotto se asemeja en cierto modo al Cristo entre los doctores (1506) de Albrecht Durer. El cuadro del pintor alemán, que trabajó durante dos años en Venecia, se conserva en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid.
Los críticos de arte creen que la figura de San Onufrio fue copiada de la imagen de uno de los personajes de Durero.
Análisis del trabajo
Sobre un fondo oscuro aparece la Madre de Dios, cuya imagen está llena de profunda preocupación. En la Conversación Sagrada recreada por Lorenzo Lotto, las figuras están unidas por la integridad de la solución compositiva: los personajes se dirigen con sus miradas y gestos. Así, el Niño Jesús se inclina hacia San Ignacio de Antioquía, vestido con los lujosos ropajes de un obispo y representado en el lado izquierdo del cuadro. A la derecha de la Virgen María, el artista ha colocado a San Onofrio, que aparece desnudo con una larga cabellera gris y barba. La conexión de los héroes se lee claramente en la pose orante del Santo y en la inclinación de la cabeza de la Madre de Dios.
Book a Visit