Jardines de Villa Borghese
Villa Borghese, el oasis verde de Roma, recibe a sus visitantes día y noche sin ningún costo de entrada. Al recorrerla, quedarás cautivado por su combinación de obras maestras arquitectónicas y esplendores naturales.
Es imprescindible visitar la ilustre Galería Borghese; asegúrate de reservar con anticipación debido a la limitada disponibilidad de entradas.
Embárcate en un viaje cuidadosamente planificado de 1.5 horas a través de las joyas del parque, concluyendo en la galería. Sube por la Escalera Española y gira a la izquierda hacia Villa Borghese mientras admiras el paisaje urbano de la Ciudad Eterna.
Se sugiere que la visita a los Jardines Borghese comience desde el Viale Trinità dei Monti, pero siéntete libre de invertir la ruta después de tu visita a la galería. ¡Disfruta de tu exploración!
Terraza Viale del Belvedere
Ubicada en la cima de Villa Borghese, esta terraza ofrece una vista panorámica del centro histórico de Roma. Los visitantes pueden seguir la evolución arquitectónica de la ciudad desde antiguas ruinas hasta cúpulas barrocas. La terraza también está rodeada de frondosa vegetación, convirtiéndola en un lugar sereno para la contemplación en medio del paisaje urbano.
El Obelisco ‘Pinciano’
Erigido como testimonio de la fascinación de Roma por el antiguo Egipto, este imponente obelisco se remonta al siglo II. Comisionado por el visionario Emperador Adriano, su superficie está meticulosamente grabada con jeroglíficos, ofreciendo una ventana al místico mundo de la cultura egipcia antigua. La presencia del obelisco en Villa Borghese une a dos grandes civilizaciones, fusionando la destreza arquitectónica de los romanos con el enigmático encanto de los egipcios. Al acercarte, deja que los detallados grabados te transporten atrás en el tiempo, permitiéndote maravillarte con la historia compartida y el legado perdurable de estos dos imperios.
Terraza del Pincio
Ubicada más alta que el paisaje urbano circundante, la Terraza del Pincio no es solo un mirador, sino un hito cultural. Con vistas a la Piazza del Popolo, los visitantes pueden presenciar la mezcla de las eras antigua y renacentista de Roma. La terraza está adornada con estatuas de italianos notables, añadiendo un toque de historia a su belleza escénica.
Reloj de Agua
Este reloj de agua del siglo XIX es una maravilla de la ingeniería. Utiliza un sistema de cuencas y sifones para indicar la hora con precisión. Anidado entre la vegetación, el reloj es un testimonio de la mezcla romana de innovación y tradición.
Arco Romano – Arco de Settimio Severo
Erigido desde el siglo III d.C., este arco conmemora las victorias romanas bajo el Emperador Septimio Severo. Sus detallados relieves representan campañas militares, ofreciendo una lección visual de historia. El arco es un símbolo del poder imperial y la destreza arquitectónica de Roma.
Templo de Esculapio
Este templo neoclásico, situado en una isla rodeada por un lago, es un refugio de tranquilidad. Reflejando el estilo arquitectónico greco-romano, está dedicado a Esculapio, la deidad de la curación. El reflejo del templo en las aguas calmadas del lago crea una escena pintoresca que recuerda a las antiguas villas romanas.
Alquiler de Barcos en el Lago
Más allá de una simple actividad recreativa, remar en el lago ofrece una perspectiva única de los jardines y arquitectura circundantes. Las suaves ondulaciones, los pájaros cantando y el reflejo del templo lo convierten en una experiencia sensorial, transportando a los visitantes a una era pasada.
Templo de Diana
Dedicado a Diana, protectora de la naturaleza y del parto, este templo está rodeado de árboles, simbolizando su conexión con el bosque. Sus columnas corintias y frontón muestran el estilo arquitectónico clásico, convirtiéndolo en un punto focal para los entusiastas del arte y la historia.
Monumento al Rey Umberto I
Este grandioso monumento, hecho de bronce y mármol, rinde homenaje al Rey Umberto I. Rodeado de estatuas alegóricas que representan Fuerza, Sabiduría y Unidad, refleja el fervor nacionalista de Italia durante finales del siglo XIX.
Piazza di Siena
Diseñada para asemejarse a la plaza principal de Siena, este espacio abierto es un guiño a la histórica carrera de caballos Palio. Con sus céspedes bien cuidados, es un lugar popular para conciertos y eventos, ofreciendo una mezcla de cultura y ocio en un entorno pintoresco.
Templo de Antonino y Faustina
Originalmente construido como un templo pagano en el 141 d.C., más tarde fue convertido en una iglesia cristiana. Sus columnas y inscripciones bien conservadas ofrecen insights sobre la transformación religiosa de Roma. El templo es un testimonio de la capacidad de la ciudad para adaptarse y evolucionar a lo largo de los siglos.
Fuente de los Caballitos de Mar
Esta fuente meticulosamente diseñada presenta caballitos de mar y ninfas, simbolizando la conexión mítica entre el agua y la vida. Con el fondo de altos árboles, las aguas en cascada de la fuente crean un ambiente relajante, convirtiéndola en un lugar favorito para relajarse.
La Fuente de los Caballitos de Mar está a solo 3 minutos a pie de la entrada de la Galería Borghese.
Cada atracción dentro de Villa Borghese es un tapiz de arte, historia y naturaleza, ofreciendo a los visitantes una inmersión profunda en la rica herencia de Roma.